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Casos de fraude: conoce los distintos tipos que existen

Dentro de sus operaciones diarias, las empresas tienen que convivir con problemas habituales que son parte del desarrollo de un negocio. Sin embargo, existen otro tipo de situaciones, incluso más graves, que están a la orden del día: los fraudes contables.

En ese sentido, es fundamental que las compañías manejen al dedillo la información que emana desde la organización, para evitar que este tipo de problemas surjan. A veces se puede tratar de inconvenientes por una mala gestión, donde las áreas de auditoría son las encargadas de descubrir este tipo de complicaciones, pero también por personas que efectivamente actúan con dolo y que buscan perjudicar a la institución para beneficiarse personalmente.

¿Sabes cómo detectar fraude en tu negocio?

Por eso es clave reconocer diversos casos de fraude al interior de una empresa, los que se pueden categorizar dependiendo de la forma en que lo hagan. A continuación, te presentamos diversos tipos de fraude a los que se puede enfrentar tu negocio.

 

Tipos de fraude

  1. Desfalco: es un tipo de delito financiero realizado por alguna persona que se apropia de manera indebida de valores, fondos o bienes que estaban bajo su administración al interior de una compañía. En él intervienen grandes cantidades de dinero, y quienes lo realizan lo hacen bajo un modelo precisamente calculado, que hace muy complejo poder descubrirlo.

    Para evitar este tipo de situaciones, es importante que se realicen auditorías de manera regular (y sorpresiva), pues un desfalco incluso puede venir desde el interior de una empresa, ya sea por algún gerente o empleado que tenga malas intenciones.
  2. Maquillaje contable: se trata de una técnica para “esconder” los resultados reales en las finanzas de una empresa, el cual es realizado por miembros de la organización. En ese sentido, lo que se busca con este tipo de fraude es recurrir a trampas para ocultar la realidad de una compañía, lo que finalmente “permite” dar con el cumplimiento de metas corporativas, obtener nuevas líneas de crédito y ocultar los problemas de liquidez que tenga el negocio, entre otras razones.
    Es importante reconocer que quienes realizan esta infracción pueden beneficiarse económicamente hablando, sin embargo, las consecuencias para la empresa pueden ser tan graves, que incluso podrían llevar a su quiebra.
  3. Falsificación de facturas: una factura falsa es aquella que contiene elementos que faltan a la verdad, como indicar un nombre, domicilio, RUT o cualquier actividad económica que no existe. En ese sentido, puede ser material o también ideológica. Respecto a lo segundo, es ideológicamente falsa cuando el contenido de la factura no está adulterada, sin embargo, las operaciones que en ella se consignan no son reales.
    En ese sentido, una factura falsa supone un delito para quien la emite, pero también para las personas que la reciben y se aprovechan de la situación.
  4. Fraudes de inversiones: se refieren a prácticas que buscan engañar a los posibles estafados, convenciéndolos de que inviertan su dinero. Estos fraudes pueden ser con valores de bolsa, bonos, monedas o bienes raíces, entre otros. Por lo mismo, los estafadores cuentan con distintos tipos de negocios falsos, como programas de inversiones de alta rentabilidad, estafas piramidales, fraudes de recuperación o productos financieros inadecuados, los cuales se ofrecen particularmente a adultos mayores para recibir altas comisiones. Por lo mismo,  hay que ser cauteloso y criterioso cuando se reciba una oferta que parezca demasiado convincente, ya que en el fondo podrías estar siendo una potencial víctima de un fraude.
    Los tipos de fraudes presentados anteriormente son sólo algunos de la amplia gama que existen, como la evasión de impuestos, fraudes por gastos inflados o ficticios, malversación de fondos o fraudes por rol de pagos, por ejemplo.

 

El caso de JP Morgan Chase

El fraude financiero es una acción que se hace de forma deliberada buscando obtener recursos de manera ilegal. Principalmente, éstos se realizan por personas que son parte de la organización a la cual buscan estafar. Así, uno de los casos de fraude más reconocidos fue el que cometió el ex ejecutivo bancario argentino, Hernán Arbizu, en el banco JP Morgan Chase.

Tuvo una larga carrera en el rubro, desempeñando distintos cargos en los principales bancos del mundo, como Citibank, Bank of America y UBS, entre otros. Su modus operandi tenía que ver con que cada vez que se cambiaba de trabajo, se llevaba consigo un listado con los nombres de importantes usuarios y empresas, información privilegiada que luego utilizaba para contactar a dichos clientes, los cuales le daban numerosos réditos económicos.

Además de manejar distintas cuentas, efectuaba transferencias bancarias no autorizadas con las que lavaba dinero de algunos clientes en Argentina, para luego trasladar los activos hacia paraísos fiscales.

Esto ocurrió sin que nadie lo descubriera, hasta que llegó el momento en que la situación se le fue de las manos. Por lo mismo, Arbizu robó de manera ilegal información de JP Morgan Chase, la que luego utilizaría como prueba para denunciar al banco por evasión de impuestos.

Finalmente, la denuncia fue su talón de Aquiles, pues descubrieron todo su sistema de fraude, lo que terminó en su extradición a Estados Unidos acusado de estafa, hurto de identidad, lavado de activos y también de haber realizado transferencias fraudulentas.

Este caso demostró que el banco estadounidense tuvo una buena parte de la responsabilidad, debido a que sus áreas de auditoría no controló adecuadamente la gestión del ex ejecutivo, quien pudo operar cómodamente durante muchos años.

 

Conclusión

Hoy en día existen empresas, como Rindegastos, que te ayudan a gestionar de manera fácil y clara todos los procesos internos, entregando soluciones prácticas que disminuirán tus márgenes de error y darán más seguridad respecto de los datos internos de la compañía.

Por lo mismo, es importante que la información sensible que se maneje dentro de una organización sea vista por las personas adecuadas y se gestione de manera confidencial, bajo estrictos controles de seguridad que impidan exponerse a riesgos innecesarios. Por último, son claves las auditorías internas, las cuales permitirán mantener a raya todos los pasos que da la empresa en el desarrollo de su negocio. 

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