Google, Apple, Microsoft o Amazon. Son solo algunos ejemplos de las compañías más valiosas del mundo, que entre otras cosas tienen una característica distintiva: llevan lo digital en el ADN, marcando pauta en sus respectivos mercados en cuanto a innovación y entrega de servicios.
Por esta razón, uno de los grandes desafíos que enfrentan en la actualidad las empresas tradicionales es la transformación digital. Este cambio en las compañías será indispensable para que logren ser sustentables en el tiempo y adaptarse a este nuevo escenario, donde Internet y otras tecnologías, han modificado la forma en que las organizaciones se relacionan con el mercado y los clientes.
En Chile, las empresas ya están avanzando hacia la digitalización: de acuerdo al informe realizado por la firma de soluciones digitales Acepta, en 2017 las compañías chilenas invirtieron más de $52 mil millones en digitalizar sus procesos.
Pero, ¿qué significa realmente la transformación digital? ¿cómo planificar una estrategia exitosa para su implementación? A continuación, te entregamos respuesta a las principales preguntar en torno a este tema.
La transformación digital es una invitación a incorporar tecnologías digitales a los procesos existentes dentro de la compañía, ya sea en las áreas de operaciones, comerciales o de manejo de recursos humanos. La clave está en que este cambio permita mejorar o hacer más eficiente ese proceso.
Es un cambio complejo, ya que afecta a las formas de realizar el trabajo, la forma de organizar los equipos, las formas de liderazgo y los procesos de gestión.
El primer paso para la transformación digital en tu empresa es identificar aquellos procesos que tengan potencial de ser más eficientes e implementar la tecnología que ayude a lograrlo. Por ejemplo, la potencialidad que ofrece la plataforma Rindegastos para digitalizar las rendiciones de gastos.
Lo importante es entender que para que esa implementación tenga éxito, es clave que las personas entiendan por qué la están incorporando y, por supuesto, aprendan a hacerlo.
Cuando iniciamos un proceso de digitalización al interior de una empresa, es relevante entender que la incorporación de nuevas tecnologías traerá el desafío de aprender nuevas formas de hacer negocios y gestionar a los equipos.
Es más, de acuerdo al estudio de la consultora Digital Boost, una de cada tres empresas (32,5% de los encuestados) indicó que considera el cambio cultural un factor determinante entre los principales cambios que preocupan a las organizaciones en su proceso de transformación digital, declarando también considerarlo “el más complejo de llevar a cabo”.
Esta es la razón por la cual el éxito de la transformación digital –al igual que cualquier cambio profundo que se realice dentro de una organización– está primero en movilizar y comprometer a las personas con el cambio. De esta forma, es clave no solo poner el foco de la estrategia en la tecnología, sino que por sobre todo poner atención al cambio en los equipos y los procesos en los que están involucrados.
El gran error que comete la mayoría de las empresas es considerar este proceso únicamente como un cambio tecnológico y, por lo tanto, planificar solo la incorporación de nuevas tecnologías a la compañía, involucrando únicamente a las áreas de TI e innovación de la empresa.
Según el informe de Dell Technologies, “Embracing a Digital Future”, existen cinco situaciones que podrían dificultar los esfuerzos en torno a la transformación digital:
Insuficiente presupuesto y recursos.
Falta de apoyo ejecutivo.
Experiencia y habilidades inadecuadas.
Tecnologías que no pueden funcionar a la velocidad de los negocios.
Privacidad de datos y preocupaciones de seguridad.
Situar el cambio cultural en el centro de la estrategia de transformación digital.
Comprometer a directivos y líderes para llevar las banderas del cambio.
Dar sentido y propósito a la nueva estrategia a través de una planificación comunicacional del cambio.
Gestionar el talento de los trabajadores en pro a incorporarse a los cambios que traiga la transformación digital.
Monitorizar y medir la cultura de acuerdo a los nuevos objetivos estratégicos.